Lino Villaventura abrió el desfile de esta edición de SPFWN59 con una serie de looks en blanco. No es la primera vez que utiliza este recurso, que enriquece aún más su trabajo de diseño, con cortes, nervaduras y marcos. Su desfile totalmente blanco fue un hito de la década del 2000 en los 30 años de historia de la SPFW, ¿recuerdas? La novedad en esta ocasión fueron los bordados con perlas y el acabado rústico en los tejidos, como el chaleco estilo tweed con bajo deshilachado.
Su moda es a menudo multicolor y los tonos de bosque, marrón, verde y morado, también aparecían en los vestidos fluidos de las mujeres ninfas. Esta temporada, las piezas escultóricas ganaron bordados en tela, como un mosaico colorido en el vestido de Carmelita.
Este bloque angelical da paso a figuras medievales, con ropas cerradas por tiras de tela y hebillas o tiras de satén bordadas con perlas negras (que parecían tachuelas metálicas sobre cuero) y rematadas con pasamontañas en la cabeza. Si su firma no fuera tan visible, podría confundirse con el traje de Juego de Tronos.
La colección masculina gana aún más espacio, un streetwear urbano con muchas piezas en color caqui y también una personalidad deportiva resaltada en la capa acolchada, en los colores flúor y en las zapatillas de la marca. Al final, mostró una serie toda en negro, otra forma de llamar la atención sobre la tridimensionalidad y la textura de sus creaciones.
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