Un nuevo ciclo, el comienzo de una nueva década para la marca.
La inspiración para la próxima colección se nutre del trabajo de Bastiaan Woudt, un fotógrafo holandés conocido por sus imágenes minimalistas en blanco y negro caracterizadas por líneas limpias y geométricas.
Las siluetas siguen siendo oversize y rectas, realzadas por cortes circulares y accesorios que evocan la estética de la fotografía de Woudt. Los materiales estructurados como el tafetán y el jacquard aportan forma y sofisticación a la colección, con un llamativo estampado de lunares como protagonista. Surge un dinámico juego de colores que enfatiza los contrastes entre el blanco y el negro, así como los vibrantes rosas, azules y amarillos.
Uno de los aspectos más destacados de la colección fue la elección de tejidos. Carvalho apostó por materiales ligeros y fluidos, como la seda, el lino y el algodón, que permitían que las prendas se movieran con naturalidad. Estos tejidos, combinados con cortes holgados y cómodos, reflejan la intención de la colección: ofrecer a las personas una vestimenta versátil y fresca, ideal para enfrentar las altas temperaturas sin sacrificar el estilo.
Imágenes | Cortesía | IMAXTREE