El desfile estuvo cargado de elementos sorprendentes, como accesorios que parecían armas, cubiertos y hasta robots, todos sumidos en un escenario contaminado de plata que evocaba la llegada a una tierra desconocida. La combinación de colores vibrantes y materiales contrastantes, junto con patrones intrincados, otorgan a la colección una energía juvenil y lúdica, desafiando las convenciones de lo que la moda puede ser.
Pfungst describe su moda como "ropa que cuida", buscando crear una conexión emocional con quien la viste. Más allá de la estética, su ropa fomenta una narrativa íntima y personal, ofreciendo prendas que no solo se usan, sino que cuentan historias, abrazan a quienes las portan y están llenas de significado.
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