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En 2014, Mike Amiri fundó AMIRI en su ciudad natal de Los Ángeles. Sin dejar de estar conectado con sus raíces de la costa oeste y su espíritu inconformista, construyó una casa de moda global con una visión artística audaz que está orgullosamente impregnada de estilo americano y de una artesanía refinada y de clase mundial. Tras sus incipientes influencias en la cultura musical y del skate de la costa oeste, AMIRI se ha labrado su propio camino en el espacio de la moda de lujo.
Un sentido de autenticidad e independencia, tan intrínsecamente estadounidense, ha seguido siendo la estrella polar de la banda en su ascenso desde una marca de moda masculina con sede en Los Ángeles hasta la casa global que es hoy.
El contexto de la colección fue Los Ángeles, el territorio de Amiri y una ciudad donde, según me han dicho, se ha vuelto más usado que en cualquier otro lugar. El decorado se inspiró en el auditorio de una sala de cine de la época del cine sonoro. Las prendas, ingeniosamente, mezclaron referencias de dos épocas posteriores; los años cincuenta y noventa.
Amiri dijo: “Estaba pensando en los actores jóvenes de mediados de los 90, como un joven DiCaprio, cuando estaban en la cúspide de sus avances: convertirse en verdaderos artistas del cine desde sus inicios en la televisión. Así que se disfrazan pero siguen siendo ellos mismos. Veías sastrería que casi parecía ahorrada en algunos aspectos, y mezclada de manera que te daba la oportunidad de presentar algo formal, pero con un poco de informalidad en tu propia personalidad”.
Imágenes | Cortesía | IMAXTREE
