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Mans cree en la elegancia y la sofisticación de las piezas clásicas, pero abraza la necesidad de resultados que vayan más allá de la moda, ofreciendo un estilo de vida y una imagen que definan al hombre moderno. Las colecciones se liberan de las limitaciones estéticas y permiten al usuario expresarse con libertad, fluidez y confianza.
Como parte de su debut en la moda femenina, sus looks constan de americanas smoking un tanto oversized y pantalones súper estrechos que alargan la silueta. También faldas lápiz para mantener esa esencia sartorial de la firma.
Con tonalidades como el gris marengo, negros, tonos perlas para las blusas anchas que parecen volátiles, empezamos una colección sobria que evoluciona hasta los años 60 en cuanto a vestidos rectos depurados, algunos por encima de la rodilla.
Por su parte, para los looks masculinos, las piezas de tonos malva, ligeramente oversize y la aparición de la renovada camisa blanca fueron la clave para entender una paleta de colores soberbia y elegante, que triunfa por encima de las piezas en color negro.
Imágenes | Cortesía | IFEMA Madrid
