Con los uniformes náuticos como inspiración, el regreso a Nueva York de Johnson Hartig se pintó de azul, rojo y blanco en elementos de sastrería moderna con base en el tweed de prendas de dos y tres piezas.
Una buena parte de la colección fue impulsada por el descubrimiento de Hartig de un alijo de libros de tela de los años 30 y 40 en una polvorienta tienda de antigüedades en Marruecos. Un “confeti” rojo, blanco y azul y un estampado de puntos azules y blancos se abrieron paso en la colección e inspiraron un tweed de color similar.
Tomando también como referencia la decoración de su hogar, entre los estampados de la pasarela vemos platos con baldosas pintadas a mano, fotografías y detalles geométricos alusivos a la más pura inspiración pop y motivos retomados de la cerámica tradicional.
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