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La delicadeza de las flores y la elegancia de la piel nunca se habían visto tan bien juntas como en la colección Primavera-Verano 2024 de Lanvin, en la que la fusión de ambos mundos da como resultado una visión única del romance con tintes de fetichismo.
Para Bruno Sialelli, los contrastes son un juego en el que se ha convertido en un gran experto, y es que basta ver la paleta de colores que propone: tonalidades vivaces como el verde polvoroso de una camisa, hasta enérgica tonalidad roja del detalle de punto en un top sin mangas que encaja a la perfección con la visión formal de la sastrería reinventada, donde vemos americanas de botonadura doble y una gabardina en tono camel de corte infalible.
Imágenes | Cortesía | Lanvin
