Lidiando aún con la ausencia de Virgil Abloh, Louis Vuitton continúa navegando entre colecciones con el piloto automático activado, y como muestra, una colección Pre-Otoño en la que los guiños urbanos y artísticos del fallecido diseñador se siguien haciendo presentes, aunque con una versión más diluida que en presentaciones anteriores.
Continuando la línea de las siluetas amplias, la marca combina las referencias sartoriales de los trajes con faldas, leggings debajo y pantalones anchos, una silueta característica de Virgil desde sus comienzos en Louis Vuitton.
Como una forma de evolución, la marca se inclina más hacia las piezas que tienen relación con los deportes de velocidad, como las chaquetas moteras y las gafas de ciclismo, así mismo, en la propuesta se dejan ver siluetas boxy que apelan a la comodidad con toques de lujo ofrecidos por el monograma de la marca.
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