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El enigmático franco-argelino de 29 años, a veces modelo, emprendedor desde hace mucho tiempo y ahora fundador de una agencia creativa, es conocido como una miríada de facetas diferentes según a cuáles de sus amigos, familiares, admiradores o colaboradores le preguntes. Pero hable con el hombre mismo, y lo sabrá en minutos.
Elegir ocultar conscientemente sus proyectos del ojo público hasta que sea completamente necesario, en parte “porque me encanta sorprender a la gente, pero también es la vida que vivo, personalmente no necesito la opinión de nadie sobre ellos”. Bendjima es inherentemente privado, a pesar de sus seguidores públicos. “También soy muy consciente de protegerme de las malas energías”, dice Younes Bendjima. “En nuestra religión, lo llamamos al-'ayn, el mal de ojo, y creo que tienes que preservarte”.
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