Unsplitting the ends: Ohad Huri por Eran Evan para Male Fashion Trends

El cabello es un campo de batalla.

Espiritual y religiosamente, el cabello humano es un signo de gran poder, una poderosa fuente de energía y un medio de rebelión. En nuestra sociedad, las normas culturales de género, que ven la masculinidad y la feminidad en dos extremos opuestos: el cuero cabelludo largo y el vello facial para un hombre, y aún más las canas, están en algún lugar de la cuerda tensora entre la renuncia completa a la percepción estética predominante y pompa demostrable y casi nostálgica, entre ignorar por completo nuestro reflejo en el espejo y mirar largamente frente a él. Dos caras opuestas de nuestro diálogo con el yo, con lo externo, un discurso interminable que se desarrolla fuera y dentro del espacio cultural en lo gay en el que operamos, pornográfico en su consumo de todo lo visual.

"Para mí, como fotógrafo, el cabello es principalmente una fuente de fascinación, como siempre lo fue, desde la primera infancia. Tener el cabello espeso y rizado, que era difícil de mantener o, además, con el que jugar realmente, me encontré jugando con mis amigos Más tarde, cuando la fotografía de retratos se convirtió en mi medio de autoexpresión, el cabello se convirtió en un campo de juego para las ideas, para la performatividad de género, para exponer elementos arraigados que en su mayoría son visibles solo en las corrientes subterráneas de la mirada del sujeto el elemento dramático y, a veces, ampliándolo y exagerándolo deliberadamente".

Eran Evan