Stephen Colbert para Fanity Fair Holiday Issue en fotos de Annie Leibovitz

El día antes de que Joe Biden sea declarado el 46º presidente de los Estados Unidos, antes de que el país se libere alegremente de las cadenas del reino de terror de Donald Trump, Stephen Colbert está cansado. Muy cansado. "Realmente no he dormido esta semana", dice. “Entonces lloraría en un comercial de AT&T en este momento. Mis nervios están increíblemente en carne viva ". Durante cuatro largos años, Colbert ha estado convirtiendo en comedia la tragedia de Donald Trump. Definió su espectáculo, definió sus monólogos, definió sus bromas, lo definió a él. Y ahora, en las insoportables horas de incertidumbre, mientras los votos se cuentan en Pensilvania un viernes por la tarde y la nación se acerca cada vez más a una resolución, el final parece finalmente, irregularmente, próximo. "¿Sabes? La Navidad del Rey Juan" de A.A. Milne? Me pregunta Colbert, refiriéndose al poema del autor de Winnie-the-Pooh. “En un momento, dice: '¡Oh! Papá Noel, si me amas, tráeme una gran pelota roja de goma india ". Y llevo semanas diciendo:" ¡Oh! Papá Noel, si me amas en algo, déjame dejar de hablar de este tipo". Sin embargo, en el purgatorio de este momento, no puede permitirse sentirse feliz. Aún no. “A menudo he dicho que la felicidad está sobrevalorada”, dice suspirando. "Tomaré lo sublime sobre lo feliz cualquier día. Y es un alivio sublime saber que nuestro largo reality show nacional puede estar llegando a su fin".