La vida da muchas vueltas. Muchísimas. Tantas como una montaña rusa (en un grabado de Escher). Hace años —muchos más de los que me gustaría admitir— conocí a Eduardo Cisneros y nos hicimos amigos. No teníamos nada que ver: él era un tipo serio, casi adusto; yo, no diré que una mamarracha… pero casi. Lamento decir que sigo igual. El caso es que, ante su cara de espanto al ver el cuadro chino que soy, le expliqué: «Oye, en el trabajo soy un tipo muy serio; aquí donde me ves soy subdirector de L'Officiel». Obviamente, no le impresioné lo más mínimo. «Y tú, ¿a qué te dedicas?». «Mmmmm, escribo», replicó crípticamente. Años más tarde, resulta que Eduardo, de quien sigo siendo amigo, es uno de los guionistas y productores más respetados de Hollywood. Fue con él y con el coguionista de Medios hermanos, Jason Shuman, con quien Luis Gerardo Méndez se reunió hace años en Soho House, en Los Ángeles, para producir esta comedia, que se estrena el próximo 30 de diciembre. «Esta película es muy especial para mí, ya que es la primera que produzco en Estados Unidos. Desde hace cuatro o cinco años, produzco muchas de las cosas que hago en cine y en televisión, desde Club de Cuervos, donde comencé como productor ejecutivo para Netflix. Pero producir en Hollywood es completamente diferente, y más para un estudio como Focus Features, un estudio independiente que pertenece a Universal, que hizo mis películas favoritas cuando yo tenía 20 años, como Little Miss Sunshine o Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, con Kate Winslet y Jim Carrey. De pronto, desarrollar una película con ese estudio fue como un sueño cumplido.
«La fama puede ser una maldición, pero también una bendición, ya que te permite dar voz a causas en las que crees. Es una responsabilidad que tienes que aprender a manejar»