Se conocían por fiestas y amigos en común, pero jamás habían
tocado juntos. Sin embargo, como para todo hay una primera vez, Jorge invitó a
Juan Pablo a tocar con él en el Walter, un antro que hizo historia en las
noches de fiesta de la colonia Roma, en la Ciudad de México. Hubo química, se
divirtieron y lo que es mejor, noche tras noche de cada fin de semana los
asistentes al Walter disfrutaban (tal vez valdría la pena decir
“disfrutábamos”) con la música de esta dupla de DJ guapos y con estilo que
demostraron desde un comienzo su talento. “Lo seguimos haciendo durante un par
de meses” recuerda Juan Pablo, “y en ese proceso se dio que uno de los clientes
era un gran promotor de festivales, le gustó nuestra música y a partir de ahí
dimos el salto a escenarios más grandes. Nos comenzaron a buscar y a contratar,
y la bola de nieve fue creciendo. A la par nos fuimos preparando, estudiando
producción, y lo demás afortunadamente es una gran y exitosa historia”.
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