Es el primer día de la Fase 1 en Málaga. Nos hemos citado
con Antonio Banderas en el Teatro Soho Caixabank, el pilar de su gran proyecto
de volver a casa y dejarla hecha un pincel. Banderas (Málaga, 1960) sale hoy
por primera vez de la casa de Marbella (antigua propiedad de Encarna Sánchez)
donde lleva solo casi dos meses. Las normas de seguridad hacen que, tras
higienizamos, cambiamos la mascarilla y ponernos unos guantes choquemos los
codos y nos sentemos a dos metros de distancia en su despacho del teatro. Desde
aquí dirige esta entidad, además de tina escuela de actores. También es socio
en varios restaurantes. Actualmente, proyecta un segundo teatro, más pequeño y
alternativo, alejado del centro de la ciudad, y hasta tina productora de
televisión para la que al día siguiente de la entrevista anunciará el estelar
fichaje de Maria Casado. Mientras nos cuenta esto, se nos empañan las gafas con
la mascarilla, nos tocamos la cara incluso más de lo habitual. No hemos
encendido aún la grabadora y ya no podemos más. Nos quitamos las gafas,
pensando que más vale miopía que la sensación de estar ahumándose. Cogernos la
libreta. Primera pregunta: ¿Cómo influye el sexo en...? Un momento. Banderas se
queda mirándonos. Nos ponernos de nuevo las gafas. Genial, esta página tiene
las preguntas para una artista performativa erótica que entrevistamos hace un
mes.
Esto es muy raro...
[Asiente con paciencia] A mí, lo de
la nueva normalidad me da un poco de miedo. Prefiero volver a la normalidad con
lo que hemos aprendido. Prefiero una evolución natural. Con esta nueva
normalidad nos proponen una serie de cosas para las que no creo que estemos
preparados. Sigo pensando que lo que nos está pasando no es sistémico. En
contra de lo que se ha dicho en muchos lugares no es una guerra, es una pandemia,
tiene nombre y es coyuntural. Pasará. Podremos tener una vida relativamente
normal.
¿Es usted de los que piensan en cuándo va a acabar esto o de los que se
fijan más en cómo va a acabar?
A ver, tampoco es eso de que pase y ya. Pero yo
no puedo vivir con esto [se saca la mascarilla, inmediatamente se la vuelve a
poner]. Es incómodo, se mete en los ojos. Es una metáfora pequeñita, pero es,
Hay cosas que aprender, claro. Hemos entendido cosas que dábamos por hechas.
Dabas al interruptor y se encendía la luz, los tomates llegaban al mercado.
Todo parecía suceder porque... sucedía. Y hemos visto por fin que hay una serie
de personas que trabajan muy duro para que esas cosas pasen.