El "metrónomo", como siempre lo apodaron Andrea Pifio, nacido en Flero en la provincia de Brescia, de 41 años en mayo, está estudiando. En la mesa de casa, junto con sus cuatro hijos que preparan las competencias escolares, quizás el mejor centrocampista del fútbol italiano, ganador de seis campeonatos, quinto en la tabla de apariciones de la liga para el equipo nacional, nominado repetidamente para el Balón de Oro, completaré el El último curso necesitaba ser entrenador. Sin embargo, inminentemente la nueva metamorfosis de lo que iba a ser un jugador tímido. "Simplemente soy educado y respetuoso, una cualidad humana a la que todavía tengo mucha admiración y que trato de transmitir a mis hijos. Creo que también es elegante decir expresarse cuando sea necesario, diciendo que no ha sido evaluado. Nunca hablaré tanto para hablar". Andrea Pirlo siembra dandies del pasado, en el fondo que su madre siempre la ha apoyado.
Fotografías de Eric Guillemain | Texto de Luca Bergamin | Estilismo de Cleo Casini