¿Hay algún grupo demográfico tan serio como los actores? En su forma más sincera, solo los niños de seis a 11 años pueden correr por su dinero, e incluso así, un niño siempre se vuelve tonto antes de demasiado tiempo. Los actores conservan esta sinceridad infantil, una especie de intensa y bien intencionada, hasta la edad adulta. Quizás sea porque hay algo infantilizante en la realización de películas, que proporciona a los actores personas para que los vistan o los acompañen al set de filmación; tal vez es porque su trabajo implica jugar. En cualquier caso, en muchos de estos seres hay una sensación de asombro bastante conmovedora sobre las cosas, un entusiasmo no contaminado por el cinismo. Lo mismo ocurre con Ed Skrein, quien parece tener un sincero aprecio por todo lo que hace y por todos los que conoce. Se me ocurre después de nuestra entrevista que debería haberle preguntado qué le molesta en la vida, o si odia a alguien, pero sé, realmente, que habría recibido una respuesta cálida y benigna de lo contrario. Antes de que Skrein comenzara a actuar, en producciones tan variadas como Game of Thrones, el guiño del superhéroe Deadpool y la continuación de Moonlight de Barry Jenkins If Beale Street could Talk, era un rapero. En The Noughties, cortó un par de discos y redactó actos de hip-hop como A State of Mind (ASM) y Foreign Beggars.
"Nosotros [los actores] no tenemos que poner un acento elegante y seguir la línea, debemos ser honestos"