Vincent Cassel para GQ España en fotos de Hew Hood

A Vincent Cassel (París, 1966) se le puede aplicar sin problemas aquello tan trillado de ‘de casta le viene al galgo’. Su padre, Jean-Pierre Cassel, es un prohombre del cine galo, uno de esos rostros inconfundibles para los amantes del séptimo arte en Francia. El actor lleva ya treinta años apareciendo en toda clase de producciones, de todo tipo y pelaje, desde que en 1995 asombrara a público y crítica con su papel en El odio, al lado de su amigo el realizador Mathieu Kassovitz. Cassel transitaba por las entrañas del cine francés desde finales de los 80, pero fue Vinz (el nombre de su personaje en El odio) el que le puso en un escaparate carísimo: el del intérprete global. Desde entonces, pocos actores pueden presumir de trabajar tanto y a un nivel tan alto, además de haberse convertido en imagen del cine de su país, un rostro reconocible en cualquier lugar. Después de una larga estancia al otro lado del Atlántico, Cassel ha vuelto a Europa y ha concedido una entrevista a Esquire para hablar de su carrera, su vida, el cine y todo aquello que se le quiera preguntar, sin líneas rojas, ni límites establecidos. Algo inusual en estrellas de cine, habitualmente ansiosas por controlar la narrativa de sus palabras. También en eso Cassel es distinto: “He vivido cinco años en Brasil, pero ahora vuelvo a vivir en Francia. Los dos hijos que tuve con mi ex, Monica [Bellucci], viven allí, y ahora he tenido otro hijo con mi actual mujer y, claro, alguien tiene que cuidar de todos esos niños [risas]”, dice el parisino para arrancar una conversación que solo se interrumpirá para que el actor hable con su esposa o le diga algo a sus hijos, que le acompañan.Santo y seña del cine francés, amado en las colinas de Hollywood por su versatilidad y ya consolidado como uno de los mejores actores del mundo, Vincent Cassel charla con Esquire España de la fama, el cine, la vida y de cómo compró sus primeros gramos de hachís.


“Hollywood está muriendo. Es como un dinosaurio, como cuando los dinosaurios miraron al cielo y vieron venir una estrella”

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