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Muchos diseñadores milaneses han regresado a lo básico para el otoño, sacando caballos de batalla de vestuario como trajes clásicos de lana, borreguillo, abrigos a medida y chaquetas acolchadas. A medida que la industria emerge de una era dominada por el streetwear, estos diseñadores buscan un nuevo camino a seguir, reelaborando esos viejos favoritos, tratando de darles crédito en la calle.
Silvia Venturini Fendi hizo exactamente eso, con una colección "nueva normal" que buscaba ofrecer una nueva versión de la sastrería clásica, códigos de casa y accesorios. Ella pensó que sería una buena idea "detenerse un segundo" y repensar los conceptos básicos (franela gris, rayas, cachemir y piel de oveja) que han estado cumpliendo con su deber, en silencio, durante tanto tiempo. Volteó algunos de ellos, literalmente, construyendo chaquetas de traje y abrigos en satén mate con forros para que todos lo vieran. Los abrigos de piel y franela venían con paneles modulares con cremallera que se podían quitar, y los abrigos se usaban largos o cortos.
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