Christian Slater para Esquire España en fotos Amar Daved


"La actitud es una cosa pequeña que marca una gran diferencia”, decía Churchill. La de Christian Slater (Nueva York, 1969), en la calurosa y húmeda mañana en la que nos encontramos, es intachable. Hace cada cosa que le piden con entusiasmo y no se baja nunca del caballo del buen rollo. Parece incluso que se lo está pasando bien posando para la enésima sesión fotográfica de su carrera, que no le pesan los abrigos de otoño que le han pedido que luzca en pleno estío, ni los varios cambios de indumentaria. Ni siquiera el ir y venir de gente en una habitación justa de espacio en un hotel del Lower East Side de Manhattan.  Confiesa además que la idea de meterse en la ducha para que queden unas fotos cachondas ha sido suya, y que le ha gustado que se lo llevaran a una cancha de baloncesto, a unas pocas manzanas de allí, para posar con otro conjunto de ropa y balón en mano, pese a ser un negado en el arte de la canasta.  En los descansos fugaces que le conceden con el silencio de los lashes se intuyen destellos de su verdadera personalidad. Es jovial y nervioso. Cada pocos minutos recurre a un tarrito de caramelos mentolados y pide unas barritas de snacks para matar el gusanillo del hambre que ya empieza a apretar. Habla también de la agenda con su publicista y con una asistente que aprovecha la amplia cama de la habitación para trabajar medio tumbada con su portátil. Slater menciona de dónde viene (Los Ángeles) y adónde va esa misma tarde (a Miami, donde tiene otro compromiso profesional). Son los rigores propios de estar de vuelta. Atrás han quedado los tiempos del encontronazo con las drogas, el desafío chulesco a las autoridades y la fama de chico malo que se granjeó en los 90 y que le inyectaron los medios como una dosis letal e imperecedera.  Lo que se impone ahora es hablar de Mr. Robot, la serie que le ha devuelto a la senda de la notoriedad, o de The Wife, uno de sus trabajos recientes en el cine, junto a Glenn Close, que se estrena en España el 19 de octubre. 

Asistentes De Fotografía | José Alvarado Y Luke Schneider
Maquillaje Y Peluquería | Jessica Ortiz
Asistente De Estilismo | Paula Casado
Producción | Gabriela Aranzabal

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