El jugador de baloncesto, miembro de la NBA de Estados Unidos Marc Gasol es el hombre en portada de la edición que conmemora los 25 años de DT Magazine, con fotografías de Juanjo Oliva y estilismo de José Lupa.
¿Has tenido tiempo de disfrutar las
vacaciones?
Mucho. Me lo he pasado muy bien. No he
viajado demasiado, pero hemos conseguido comprimir estancias más cortas y más
intensas. Con dos hijos tienes menos tiempo para la vida social, pero si te
organizas hay tiempo para todo los fines de semana, y los días de diario
entrenar. El entrenamiento ha sido el que ha marcado el tempo de las
vacaciones.
Y aunque ya no son vacaciones, en la
concentración de la selección española no te lo pasas mal.
Me lo paso muy bien. Es un ambiente muy
especial, único, donde se sienten unas sensaciones que son difíciles de
describir en palabras. Al final el compromiso, el respeto, el talento y la
ambición hacen que respiremos un aire que sabemos que es muy especial, aunque
desgraciadamente tiene una fecha de caducidad, no sabemos cuándo, pero somos
consciente de que en el deporte como en la vida, todo se acaba.
En este Eurobasket vuelves a la selección
después de dos ausencias en Francia y en Río, ¿cómo fue ver a la selección
desde fuera?
Verlo desde fuera fue duro, pero duro por
mí. Duro porque te lo pierdes y además cómo me lo perdí, tras empezar con el
equipo y que te tiren para atrás por precaución. Pero todo en la vida te hace
aprender, lo digieres lo mejor posible y a seguir para delante. Quedarte
enganchado y clavado no ayuda a tu evolución.
Israel, Finlandia… Como aficionado al
baloncesto ¿qué opinión te merece este sistema de varias sedes dentro de un
mismo Eurobasket?
A mí me gusta. Me parece que promueve el
baloncesto en diferentes países y ciudades, lo que significa más adeptos, más
niños que juegan, que se lo pasan bien, que se acercan al baloncesto y creo que
eso es positivo para todo el mundo.
¿Y del hecho de que a partir de ahora el
Europeo se celebre cada cuatro años qué piensas?
Yo si pudiese cada año, jugaría cada año.
Pero entiendo que con la NBA y la Euroliga de alguna manera había que hacer algo.
¿Cómo ves a la selección de cara a esta
cita?
Nos veo con mucha ambición, mucho respeto
al juego, al deporte, la gente joven viene con muchas ganas y eso es muy bueno
porque sube el nivel de exigencia. Es una energía muy positiva.
¿Te cuesta cambiar el chip de la NBA a FIBA?
No. Son diferentes los espacios, el tiempo
de juego, el estilo… pero tengo la suerte de entender el baloncesto de una
manera más global y adaptarme a lo que requiera el guión.