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Hermosa y agraciada son las palabras usadas para describir la presentación de la colección de primavera 2018 de Tomas Maier para Bottega Veneta; la simplicidad y la modernidad de sus siluetas, empapadas en delicados colores pastel, hablaban mucho.
La inspiración de Maier para estos tonos dulces vino de la sala de mármol del Kedleston Hall en Inglaterra y por cierto, se hizo eco de su elección del lugar en Milán en el que presentó la propuesta: un edificio histórico del siglo 18 que proporcionó el telón de fondo perfecto. El aura de calma y confianza que invadía el espectáculo y sinónimo de la mentalidad actual de Maier era evidente con cada silueta que serpenteaba sin prisas a lo largo de las antiguas habitaciones: apostando por trajes de estilo de los años 60 que mostraban la sencillez ingeniosa de las formas en prints blancos y negros, y luego llegaba el color, cuyas combinaciones eran nuevas y refrescantes para conformar una presentación optimista que era una combinación encantadora de la artesanía elegante y un alma pacífica.
Imágenes | Cortesía
