Robert Geller sorprendió en la semana de la moda de Nueva York con el lanzamiento de una línea secundaria a su firma principal en la que la colección consistió en una serie de trajes tonales que se leen como uniformes minimalistas. La larga historia de Geller en Japón se reflejó claramente no sólo en el uso de textiles japoneses sino en las referencias de ropa de trabajo y siluetas más vanguardistas, muy características de esa zona del mundo. Los looks favorecían formas redondeadas y proporciones exageradas tales como abrigos largos del verano, chaquetas boxy y pantalones de pierna ancha para un resultado juvenil. La paleta rica de la firma de Geller era el mensaje más direccional y único de Gustav. Algunos de esos colores incluían mostazas profundas, verde concreto y rojo brillante.
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