La influencia retro de los años ochenta enmarca la colección Spring-Summer 2018 de Bally, en una propuesta que toma los colores neutros como el camel en balance con colores beiges en prendas y accesorios deportivos en piel, sumando ítems en tonos mostaza y burgundy para dinamizar una colección que se convierte en extrovertida y elegante al mismo tiempo.
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