Christopher Bailey para Vogue México: Una mente visionaria



En sus diez años al frente de Burberry, Christopher Bailey ha revolucionado la compañía británica llevándola a lo más alto del lujo con una energía inagotable.

Tiene lo que su mano derecha, Angela Ahrents, presidenta ejecutiva de Burberry desde 2006, denomina "una visión de láser, porque si uno tiene esa visión, todo tiene que pasar por la misma lente". y es verdad. "Yo les digo a los empleados que él es el zar de la marca", añade ¿Qué significa eso? Que él decide absolutamente todo: si un vestido cambia en un maniquí en la tienda de Bond Street, en Londres, ese gesto de repite, en la misma posición, al mismo tiempo, en todas las vitrinas de Burberry del mundo, inclusive on-line, para que todos los clientes tengan la misma experiencia, ya estén en Moscú, Hong Kong o México. "Quiero que tengamos una consistencia de visión. Y el objetivo de esa homogeneidad es asegurarse de que somos exclusivos", señala el zar en persona, Christopher Bailey, en la sede central de la firma británica en Londres a la que llegó hace una década.
En los diez alis desde que vino de Gucci, Bailey ha transformado la compañía. Muy recientemente, Burberry anunció un aumento del 40% en sus ganancias, sus acciones en bolsa han duplicado su valor en un período de doce meses. Kate Middleton lució un impermeable de la marca en su primer compromiso real, por no mencionar sus cosméticos, perfumes, artículos para el hogar y la colección para niños, que aseguran a la compañía entradas anuales por encima de los 2,400 millones de dólares. Y esto en un período en que muchas otras marcas han visto cómo peligraba su futuro. ¿Cuál es su secreto? ¿Cómo lo hace?
Cuando finalmente se abren las puertas de su espaciosa oficina, una espera encontrar a un genio creativo, a una especia de gran hechicero como el Mago de Oz con una mirada hipnótica  y un carisma  sobrecogedor. Pero lo que me encuentro es a un hombre de cabello claro y aspecto juvenil, que se levanta de su escritotio y se acerca para estrecharme la mano; no es en absoluto la "estrella de la marca" que yo esperaba. "Hola", dice con sencillez. "Soy Christopher Bailey". Me invita a sentarme y, con una sonrisa, me ofrece una bebida, acomodándose en un sofá. Tiene 40 años, pero parece mucho más joven.
Realmente Christopher Bailey es una de las personas más encantadores que uno puede encontrar "soy una persona muy optimista", dice. "Veo el lado bueno de las cosas, no me gusta el cinismo". Hablando de él, su amiga íntima, la top británica Stella Tennant, asegura: "No hay nada falso en él". Lo que corrobora Mario Testino: "Es amable por encima de todo". Es un hombre tímido y muy privado. "Nunca quise aparecer en periódicos ni revistas", explica. "nunca quise ser la persona número uno; siempre me sentí bien siendo la persona número dos". Sin embargo, bajo su liderazgo creador, la compañía ha prosperado hasta convertirse en un líder dentro de la industria del lujo. "Cuando ingresé a Burberry tenía 29 años, era un muchacho, y esta era una compañía vieja, no precisamente en edad, sino en actitud. Estaba atascada en una rutina. Carecía por completo de energía, era una empresa basada en glorias pasadas".

"Hubo un momento en que mi vida era trabajar un noventa por ciento y sólo un diez por ciento vivir, hoy he madurado y sé que la vida tiene que ser multidimensional y equilibrada"

Cambios y más cambios llevaron a una modernización y a un nuevo punto de vista empresarial. Se concentró en el consumidor más joven y la compañía apostó por el sistema digital, lo que se ha reflejado también en la edad media de sus colaboradores. "Somos un equipo joven", dice Bailey. "Pero en este momento somos la empresa de mayor crecimiento en el FTSE, con más de 7,000 empleados. Y yo tomo muy en serio la responsabilidad; las decisiones que tomamos afectan la vida de muchas personas" ¿Es abrumador? "Es divertido", exclama Bailey. El lenguaje de Burberry es de afirmación positiva: palabras como "juego" y "diversión" son esenciales en el vocabulario de la compañía. Sin embargo, él mismo admite que "no soy bueno tomando vacaciones... Éste rol me ha permitido en ciertos momentos de mi vida absorberme totalmente aquí , y bloquear otras cosas"
En el 2004, a Geeet Cloet, compañero de Bailey en aquel entonces, le diagnosticaron cáncer de cerebro. Murió un año más tarde. Tras su muerte, Bailey se sumergió en uno de los periodos más intensos de su vida profesional. "Trabajé con él durante esa época", recuerda Tennant, "y se mostró muy fuerte; conservó su aplomo porque sintió que eso era lo que debía hacer". El trabajo se convirtió en un refugio psicológico, "En un momento dado estaba muy mal: mi vida era 90% trabajo, y 10% personal".
Sin embargo, hoy Bailey admite sentirse mucho mejor. Está en una nueva relación con Simon Woods, un actor y escritor de 31 años, y la pareja alterna su vida entre Chelsea y Yorkshire. Le pregunto si es feliz, "Supongo que sí. He madurado. Estoy envejeciendo. Me he dado cuenta de que la vida tiene que ser multidimensional". Eso sí, sigue siendo obsesivo. "Cuendo decido algo, tengo que hacerlo realidad", dice riendo.

 Fuente: Jo Ellison para Vogue México, Edición de Octubre
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